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Mi hijo mete los pies al caminar…. ¿qué pasa?

El que los niños metan los pies para caminar es una de las causas más importantes de consulta por los padres, o porque tienen mucho ángulo hacia adentro los pies al caminar.  La principal preocupación de los papas es que los niños queden con alguna discapacidad permanente secundaria. En la mayoría de los casos el problema es menor o autolimitante.
A medida que los huesos de la extremidad inferior crecen, se produce una rotación externa de los mismos. Es decir, el crecimiento de fémur y tibia se acompaña de giro hacia afuera.
De esta manera el niño va creciendo y la posición de la punta de los pies va orientándose hacia afuera.

¿Qué lo causa?
Las causas más comunes son torsión tibial interna persistente (torcimiento hacia adentro de la pierna) o anteversión femoral (deformidad a nivel del muslo). Otras causas pueden ser alteraciones neurológicas, deficiencias tibiales leves, enfermedad de Blount, anormalidades del metabolismo, o displasias esqueléticas.

Ocasionalmente, el caminar con los pies hacia adentro puede ser una señal que se necesita evaluación por especialista.  Las deformidades se asocian dentro de un parámetro normal a ciertas edades, como la torsión tibial en edad preescolar o la anteversión femoral en edad escolar.

El uso de los zapatos al revés únicamente incomoda a los niños y perjudica el desarrollo adecuado de los pies de los niños.

Los zapatos ortopédicos, incluyendo varias modificaciones a los talones, taloneras moldeadas y plantillas con arco medial, han sido recetados tradicionalmente, aunque no existe evidencia científica de que tales modificaciones sean eficaces.
Consideramos patológicos valores de rotación de cadera superiores a 90 grados, asimetrías importantes entre fémur y tibia o entre ambas extremidades. En esos casos el especialista podrá valorar cuál es el tratamiento más adecuado.Los dispositivos externos no han demostrado eficacia en el control de deformidades angulares, y tampoco lo ha hecho la fisioterapia. En general, sólo la cirugía ha demostrado capacidad de resolución de las deformidades angulares.